Estimadísimos lectores:
En las siguientes líneas y publicaciones encontrarán una catarsis sobre lo que significa para mí la maternidad. Empecé este blog con la idea de dejar registro de algunos pensamientos y sentimientos que estoy viviendo en esta aventura.
Que disfruten :)
Siempre tuve claro que la maternidad implicaba formar una familia con alguien más. Estuve segura que ser madre soltera no era algo a lo que estaba dispuesta. A pesar de que los años pasaban y el reloj biológico (y social) apremiaban, estaba determinada a seguir así.
Tampoco ninguno de mis ex me despertó el deseo de ser madre cuando estuve con ellos. Ya estaba considerando la vida con perros y plantas si así fuera el caso. No me sacaba el sueño ni me desesperaba al pensarlo. Para mi tener hijos como madre soltera era como una mochila de esas que te llevás de viaje, que al principio cargás con entusiasmo y de a poco el peso te va molestando hasta hacer del viaje unas inmensas ganas de volver a casa. En síntesis, no era para mi.
Pero un día conocí a Mr C y tiró por borda todos esos pre-conceptos y barreras auto-impuestas durante tantos años. Derribó de un plumazo todas esas estructuras mentales que se fueron consolidando año tras año, en las que yo sola me auto-convencía que la maternidad y la vida en pareja no eran para mi. Y si lo eran o no, no lo sabía... pero al menos él me dio la posibilidad de considerarlo en serio. Punto para Mr C.
Empezó convenciéndome de vivir juntos (después de más de 15 años viviendo sola me daba pánico) y nos fue muy bien. Después conversamos sobre ser padres y me pareció una excelente idea. A mi cuerpo no tanto... con 40 años la cosa no es tan simple.
Y de repente nos vimos envueltos en algo que era más un desafío a la biología y las ciencias médicas que algo natural, algo más transaccional que pasional. Entonces nos cuestionamos si ser padres era un deseo genuino o un capricho. La premisa en todo momento fue: "si nos sale bien, genial. Sino plantas y perros y ya está, pero al menos lo intentamos". Los pinchazos en la panza, las depresiones hormonales, el desconcierto, el sueño, la falta de apetito, todo valió la pena. Salió bien. ¿Y... ahora?
Little Bebé nació en Julio de 2020, durante la pandemia. Ya arrancó su vida en cautiverio, pero además de convertirse en mi primera fan de las tetis, durmió y cagó la mayor parte del tiempo como todo bebé. En sus tiempos libres hizo videoconferencias y contó la cantidad de pelusas que había en el sofá. Toda una niña prodigio. En cualquier momento me pide la contraseña de la computadora y arranca sola su vida como YouTuber.