Divide tus expectativas y vencerás

One way or another - Blondie

Siento la diferencia en la forma en la que estamos criando a ambas. Este blog lo empecé con la necesidad de hacer catarsis de maternar a Little Nena y ahora me cuesta un montón encontrar un tiempo o un tema para escribir. Y no es porque quiera menos a una u otra, es porque siento que todo lo que me pasa, ya lo pasé.

La mayor es la que se lleva todos los golpes y la torpeza de los padres primerizos. Cuando nació Little Bebé 2 descubrí que soy primeriza de mi segunda hija también, porque no soy la misma que era y porque ellas son dos personas distintas. Aunque sumé un poquito de experiencia con algunos temas, me olvidé muchísimo de otros. Es verdad que ya no me asusto por todo pero sigo mirándolas con lupa a ambas.

A pesar de todo, hago mucho para que ambas se sientan queridas de la misma forma. Porque ambas son lo más grande que hice en mi vida y es un orgullo que sean mis hijas.

Pero también es verdad que tengo dos ojos pero sólo hago foco en una cosa a la vez. Ni con estrabismo conseguiría mi objetivo de ver qué están haciendo las dos niñas en simultáneo cuando están en espacios separados.

También tengo dos orejas pero no escucho en stereo sino en mono. Aunque lo más preocupante realmente es cuando no las escucho porque algún moco se están mandando, pero eso lo dejo para otro post.

Y verdad absoluta: ellas son dos y yo sigo siendo una. Es humanamente imposible atender con la misma capacidad e intensidad a ambas al mismo tiempo. Una siempre está en déficit. Costó aprender la lección pero de a poco lo voy entendiendo. Lo que aún no entiendo es cómo no me estaría funcionando esto de la clonación...

Comentario aparte: mi máximo respeto y admiración a quienes tienen más de dos hijos de menos de 4 años. Aplausos de pie.

Las cosas se van dando más allá de lo que planifiquemos o deseemos. Little Nena pasó de ser simplemente mi hija a ser mi hija mayor y todos se lo dejamos clarito durante mi embarazo y postparto sin que ella pudiera terminar procesarlo: "ahora eres la hermana mayor de Little Bebé 2". El primer año no todo fue de perlas: hubo problemas con el sueño, volvieron los pañales, unos berrinches para alquilar balcones, reproches y demandas imposibles en tiempo record. Mientras mi paciencia se hacía cada vez más pequeña, nuestra relación fue mutando. Al principio me incomodaba estar con ella y darle un beso a Little Bebé 2 o trataba de acercarme pero ella se alejaba. Yo sentía la necesidad de pasar tiempo con las dos por separado que me parecía imposible de conseguir. Y ni hablar de tiempo de pareja o tiempo para mi. Esto ya quedará para otra etapa. Haciendo malabares fuimos encontrando nuestros espacios y tratando de reencontrarnos. Todo el tiempo tenía en la cabeza que Little Nena también es mi hija y ella también me necesita. Lo que tardé en darme cuenta es que yo también la necesitaba a ella.

Little Bebé 2 nació en modo "acá toca adaptarme" porque llegó a una familia que tenía unas formas, una rutina, unas costumbres y una hermana mayor que venía de acaparar toda nuestra atención durante 3 años. Encima me enamoré tan fuerte que me cuesta querer que crezca. Me desconozco. Quiero que siga chiquita, fácil, feliz, sorprendiéndose de un botón, con su dedito tratando de entrar en mi boca para ver qué misterio hay ahí adentro, o arriba mío como si yo fuera un colchón. Me transmite una ternura que me conmueve. Y ha logrado hacerse un lugar, transformando todo lo que habíamos establecido para reestablecerlo incluyéndola.Es tan segunda (y última) hija que duele.

Que criemos a nuestras hijas con amor y respeto no significa que esté todo bien todo el tiempo y que no haya colapsos, conflictos o caos. Little Bebé 2 no tanto porque con 14 meses poco puede hacer pero la pequeña Little Nena es una adolescente en un cuerpo de 4 años que lleva al límite mis niveles de cortisol. Por momentos toca explicarle a mi sistema nervioso que no estoy siendo amenazada por animales depredadores en medio de la selva sino que tengo que decirle a mis hijas que hay más crayones de colores y no hace falta pelearse por el amarillo. Por momentos el nivel de intensidad que manejamos en casa se puede equiparar a la final de una copa mundial por penales.

Pero si Little Bebé 2 viene sobreviviendo a cargar con el peso de ser la segunda, a aceptar que tiene unos padres que a veces la dejan de lado para atender a Little Nena y que tiene una hermana que ama ser el foco de atención, no lo estamos haciendo tan mal. Es verdad que a veces se queda en la guardería jugando sin mirarnos como diciendo: "bueno, váyanse. No me importa. Pero no les lloro nada cosa que no sepan si estoy bien o no" y nos genera duda si realmente lo estamos haciendo tan bien o no.

Como sea, ya descubrimos que aguantamos en modo supervivencia hasta que se termine de acomodar todo o nos terminemos de acostumbrar a que ésta es nuestra vida. Los primeros años de vida son muy duros y únicos: despertares, cansancio, mal humor... pero será el momento que más tiempo pasaremos juntos. A disfrutarlo!

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