El Parto de Little Nena

Eres - Café Tacuba

Dejar escritas las cosas hace que perduren. Quiero relatar mis sensaciones y recuerdos del nacimiento de Little Nena para que no se me me escurran como arena en las manos.

  • Escenario general: estábamos saliendo de la pandemia de Covid 19 mirando estadísticas a diario, desbordes políticos a nivel mundial, podíamos salir de casa una hora al día, la gente aún no se podía juntar, siguiendo las noticias con los cambios de políticas de los hospitales, haciendo los controles y ecografías sola, comprando las cositas de bebé por internet, Mr. C muy aprehensivo con el tema Covid. Contexto apocalíptico pero todo eso no me molestaba salvo que Mr. C no pudiera estar conmigo. Yo puse el cuerpo pero él era el papá.

  • Me acuerdo que la noche anterior la ansiedad me mataba pero tenía tanto sueño que me dormí todo igual. Me desperté a las 6 am como habíamos quedado (mi maternidad ya empieza con sueño) y me acuerdo a Mr C pedir un taxi tan tranquilo como si fuéramos de paseo. Yo estaba inquieta por el parto pero también estaba preocupada porque se había roto el caño de la vecina de arriba y no quería que se inunde la casa. Me acuerdo haber dejado la bañerita de bebé abajo de la gotera por las dudas, como si un sticker podría contener un río desbordado. El optimismo siempre presente.

  • Con todo preparado con la antelación que me caracteriza, llegamos más temprano que la gente de Administración al hospital. Cuando estábamos por ir al paritorio (jamás había escuchado esa palabra antes) nos dimos cuenta que nos habíamos olvidado el "maxicosi" o "huevito" para transportar a Little Bebé (actual Little Nena) a casa. Así que llamamos a un amigo que tenía coche con sillita para que nos venga a buscar cuando nos dieran el alta. Cuando volvíamos, en el camino a casa nos cuenta que estaba recuperado de Covid hacía poquito. A Mr C casi le da un ataque. En esa época habíamos salido del confinamiento hacía muy poquito y las cifras de muertos eran el pan de cada día. Y ni hablar que era uno de los primeros casos que conocíamos!

  • Me acuerdo que mientras yo entraba al quirófano para mi cesárea programada porque Little Nena estaba en posición podálica, enfrente había una mujer embarazada con contracciones dolorosas gritando su sufrimiento a voz viva, mirándome con odio. Siempre quise saber qué fue de ella.

  • También me acuerdo que la anestesista estaba enojada con todo el equipo pero a mi me hacía mimos y me iba relatando todo lo que me iban haciendo (a pedido mío) con mucho amor y paciencia.

  • Me acuerdo la obstetra diciéndole al equipo: "bajen esta sábana para que pueda ver nacer a su hija" y diciéndome a mí: "recuerda que lo primero que vas a ver de tu bebé es su culo".

  • Me acuerdo esos ojos oscuros con forma de almendritas. También de la cara de odio de Little Bebé. Ella estaba tan cómoda en la panza de mamá y eso de sacarla de su comodidad no estaba bueno. Después me la mostraron y se la llevó Mr C para hacer piel con piel en la sala de recuperación o como se llame. Me acuerdo haber hablado con él y su miedo a quedarse solo con Little Bebé, a no saber qué decirle o qué hacer mientras yo no estaba. Algunas cosas no han cambiado mucho... Me acuerdo nuestras bromas acerca de las enfermeras que le tiraban onda y que una osó pedirle que se desvista!

-Me acuerdo de las enfermeras limpiándome mientras yo no entendía que Little Bebé ya no estaba más adentro mío y que ahora ella estaba a upa del papá. Recuerdo estar hablando con el camillero, que era del barrio de Belgrano, un acento argentino en un escenario de otro mundo.

  • Me acuerdo que vino la matrona a ponerme la bebé en la teta y yo miraba a Mr C y me reía porque no era mi primera opción dar la teta, pero fue tan natural que así seguimos casi un año y medio. Yo temía a las fundamentalistas de la lactancia pero han sido tan respetuosas que me pareció una experiencia preciosa.

  • Todo esto pensé que iba a ser larguísimo pero tardó casi una hora o menos.

  • Me acuerdo que nos quedamos muchas horas en esa sala porque no había habitación disponible. Nosotros nos reíamos, mirábamos a Little Bebé y no entendíamos nada. No sabíamos si avisar o no, si esperar a estar en la habitación, si hablarle o dejarla dormir. Me acuerdo los ojos de ella que nos interpelaban sin decir nada. Parecía decirnos: ¿y ahora qué?

  • Me acuerdo las pesadillas de la primera noche, la incomodidad de dormir en un hospital, la inseguridad de no saber qué hacer, la curiosidad por entender qué quería, la ingenuidad para cambiar pañales, la atención de los enfermeros, los otros pacientes del mismo piso que venían por Covid, las visitas restringidas para todos, la felicidad de la primera ducha.

  • Me acuerdo hablar largo y tendido con el pediatra que nos dio el alta. Sacarme muchas dudas pero me acuerdo también que toda la conversación fue en tetas porque no me di cuenta de vestirme en el momento. Para él todo normal, para Mr. C un escándalo.

  • Me acuerdo llegar a casa, darme una ducha, sentarme en el sofá y hablar por teléfono con mi amiga Montse mientras Little Bebé estaba "sentada" en mis piernas. Me acuerdo que Mr. C me sacó una foto que mi mamá imprimió y la tiene en su casa.

  • Me acuerdo que toda esa felicidad estuvo empañada con una sensación que desconocía: miedo a la muerte. Nunca antes me había puesto a pensar en la finitud de la vidad. Jamás lo había sentido así, y cómo se me iba ocurrir a mi morirme y dejar a esa pequeña bebé huérfana o con uno sólo de nosotros. A veces el fantasma es recurrente pero por suerte se va enseguida.

  • Me acuerdo y sigo viviendo con alegría la felicidad que nos trajo a nuestras vidas.

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