La Metamorfosis

The Crisis - Ennio Morricone

Es increíble cómo los bebés vienen al mundo ya en crisis. Sí en crisis. Tienen la primera con el nacimiento que ya los deja estresados. Después viene la crisis de la lactancia a los 15 días, otra al mes y medio, otra a los tres meses, a los cuatro meses, a los ocho meses... y así viven de crisis en crisis como hasta los 35 años más o menos. Bueno, quizás no tanto pero cuanto más leo, más me doy cuenta de la necesidad de un psicólogo para bebés para entender por qué tanta crisis.

Es claro que es la forma de evolucionar que tenemos los humanos, sólo que el nombre asusta un poco. Imagínense todo en silencio y de repente música incidental y la voz del locutor diciendo: "preparate porque en tres días llega La Crisis"... suena a película de suspenso o noticiero amarillista, no sé bien pero a mi me dan ganas de huir. Y además del nombre hay que sumarle que, como en toda crisis, también cambia el paradigma. Entonces crees que ya conoces a tu bebé de punta a punta y de repente crisis y cambio. Con todo el esfuerzo que conlleva aprender a reconocer los signos cuando tiene hambre, cuando tiene el pañal sucio, cuando le duele algo, cuando tiene sueño, calor, frío, una manga en el codo, de repente crisis y resignificación de todo lo anterior y tu bebé se vuelve un ser errático. Sin embargo sigue manteniendo ciertos rasgos que indican que es la misma personita aunque esté evolucionando (la palabra evolución también me connota a Pokemón darwiniano, se ve que tanta semiótica dejó huella en mi vida).

Y cambian tanto que para mi Little Bebé es exactamente igual ahora con 7 meses y medio que cuando nació. Viendo fotos parece otra persona pero siempre es ella. Cambió tanto no sólo fisiológica y madurativamente sino que hasta su caca cambió. Antes cambiar su pañal era un trámite más o menos operativo y rápido pero ahora su caca huele a baño de festival con un olor tan fuerte y radioactivo que me arden los ojos cada vez que la cambio. Es que empezó a comer los sólidos y la comida, que parecía algo tan simple y hasta subestimado, se transformó en toda una aventura: desde los ingredientes, la preparación, la deglución, los primeros auxilios, el enchastre de ella, de la bandeja, del suelo, todo cambió. 

Ahora que leo más sobre estas "crisis", brotes de crecimiento o etapas de evolución, estoy aprendiendo sobre la "introducción a la alimentación complementaria" o "las etapas del sueño", y me intento imaginar cómo habrán hecho las mujeres de la caverna y ahí se me pasa la tontería. Es que hay coach de sueño, curso de Baby Lead Weaning, mobiliario Montessori y toda una industria y especialización enorme servida a mis pies para hacer de mi una super mamá. Sin embargo con tantas herramientas a mi alcance, todavía no logro entender cómo ella que es tan chiquitita, duerme atravesada en la cama y Mr. C y yo plegados como origami en el borde opuesto casi sin respirar y levantándonos con tortícolis día por medio. Al final la cuna que elegimos con tanto amor debatiendo si con estrellitas o con lunares, terminó siendo un gran almacenador de almohadas.

A veces pienso que la ma(pa)ternidad está idealizada, desvalorizada, sobreinformada, juzgada y también invisibilizada. Sin dudas es una experiencia que nos pone más en crisis a nosotros que a los bebés, de la que aprendemos más de lo que les enseñamos y de la que disfrutamos más de lo que sufrimos. O al menos así me pasa a mi con Little Bebé... y me encanta! Es la incomodidad la que me desafía a ser mejor mamá todos los días.

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