Lo vi venir. De a poquito, tranquila. Con episodios ocasionales que me hacían pensar que ya estábamos ahí... pero no.
Lo vi venir. Lo anticipé, lo estudié y lo organicé todo para que el impacto sea lo menos trágico posible. Ya sabía que era inevitable pero igual no funcionó. Nada de lo que había imaginado se dio como yo creía que iba a ser. Los "terribles 2" llegaron para quedarse y parece que no se irán hasta que sea adulta, como mínimo. Nadie me dijo 28 meses atrás que esto iba a ser más dramático que las telenovelas mexicanas de los '90.
Little Nena era una niña feliz, sonriente, alegre. Todo le parecía bien. Todo le gustaba. Eventualmente se frustraba. A veces pedía las cosas llorando pero conversábamos sobre el tema y aprendió a usar el "por favor" y pedir las cosas tranquila. En ocasiones quería algo que no era para ella o se frustraba por no poder hacer algo, pero con una charla, una caricia o una distracción todo se solucionaba.
Ahora las cosas cambiaron. Se incrementaron los gritos, los llantos y las pataletas son constantes e insostenibles. La paciencia se agota, la sonrisa se borra y el cansancio aumenta.
Las palabras favoritas dejaron de ser "mamá", "papá" y "pan". Ahora son "yo solita", "es mío" y la que más usa es "no". Con un idioma tan extenso y rico como el castellano, con la posibilidad de hablar otros dos casi al mismo nivel, ella elige usar el NO para todo.
Hemos pasado de tener una simpática Little Nena a una Marimar en potencia (perdón Thalía). Entramos en una etapa nuevamente intensa y divertida en la que lo único que vale es la lotería de acertarle en lo que quiere sin equivocarse. Una etapa en la que el humor cambia a la velocidad de la luz y pasa de la risa al llanto y del llanto a la risa sin mediar abrazos ni palabras.
Algunos ejemplos de Little Nena, no son literales pero casi:
"La camiseta amarilla no, quiero la verde aunque la hayas lavado hace tres minutos y esté empapada. Mira, mejor vamos en pijama que esto de vestirse para salir a la calle no lo veo muy claro."
"La galletita se rompió, ya no la quiero. Dame otra ahora mismo" -sírvase de ejemplo para banana pelada, mandarina, grisines, etc.-.
"Ahora no hace frío, no me voy a poner chaqueta." -hace 5 grados y estamos en un parque-.
-" Lavarse las manos y los dientes ya no es divertido. Así que a partir de ahora no lo voy a hacer más. No insistas mamá, ¿no te das cuenta que esto ya no es para mi?. Y eso de peinarse, bueno, capaz lo hace mejor Susana que tú, así que tampoco insistas".
-"¿hay yogurt en vasito? bueno, abramos uno. Lo voy a comer sólo con la cucharita azul así que ni se te ocurra darme una normal. Además es mío y sólo mío. Ahora que está abierto, te lo comes tú porque yo estoy muy ocupada jugando y ya no lo quiero".
"Pongamos música de bailar. Esa no, esa tampoco, esa no me gusta, esa no la quiero. Esa nooooo!"
"Leamos un libro antes de dormir. Quiero este, este y este. Ese también, ¿el del oso ya está en la pila? el de la oveja hay que agregarlo. También leamos el del nene que tiene mocos. Mamá leamos también el del grillo ¿dónde está el libro del grillo? necesitamos leerlo también. Mamá, léeme todos otra vez. Y otra vez. Ahora otra vez más o no me duermo".
"¿Puedes por favor gentilmente retirar las sábanas de mi cama ahora mismo? que no ves que me pinchan y no quiero taparme aunque afuera sea invierno?".
"Quiero ir caminando. No, mejor en el cochecito. No, mejor llevemos el cochecito pero yo lo empujo. Mejor aún, llevamos el cochecito y lo paseamos vacío por todos lados, cuando estamos volviendo yo me subo, me hago la dormida en la esquina de casa y me despierto cuando llegamos. Planazo!"
Así que no termino de entender muy bien si hacerle caso, si no hacerle caso, si pensar qué alegría que no tenemos mellizos o si empezar a buscar un spa cerca de casa al cual irme corriendo a refugiarme de vez en cuando.
Mientras tanto, a divertirse que toda etapa empieza pero también tendrá su fin, digo yo... no lo sé.