Disfrútala ahora que es chiquita

Lullaby - The Cure

En el capítulo de hoy de "cosas que me rompen en pedacitos de la maternidad no idealizada" presentamos el extraño caso de la obligación de disfrutar de la maternidad.

Obviamente que queda implícito que en la obligación ya no hay disfrute, ni falta que lo aclare. Porque "disfruta de tu nena" no es optativo. Es mandatorio. La maternidad hay que disfrutarla sí o sí.

Te tienes que olvidar de tu presente, tus miedos, tus dudas, tus proyecciones y focalizarte en lo que verdaderamente es la maternidad: un disfrute constante y sostenido desde la concepción en adelante. El hedonismo de la maternidad ante todo. Que venga Epicurio un ratito a casa a cuidarme a Little Nena, que tengo que hacer unos recados.

Pero la verdad es que no. No disfrutas desconocer qué le pasa a tu bebé cuando es chiquita y no se comunica. No disfrutas no dormir por muchas noches en soledad aunque estés con tu pareja al lado y la bebé llorando. No disfrutas cuando tu hija se enferma, o cuando llora de cansancio o cuando sólo quiere estar a upa y sentís tus brazos más grandes que los de Schwarzenegger y ganas de hacer pis al mismo tiempo. No disfrutas del puerpereo ni del destete ni de tu nuevo cuerpo. No disfrutas de comer en dos segundos y bañarte cuando puedas. Y la lista continúa...

Disfrutar implica estar predispuesto a eso y como madres no siempre lo estamos, especialmente cuando recién nace un bebé y una está tan pendiente de absolutamente todo que hasta se te olvida respirar. Una misma desaparece y con eso, desaparece el disfrute.

Entonces me pregunto si tener un bebé es estar obligada a disfrutar. ¿Y si en vez de sentirme obligada a disfrutar, lo hago por el mismísimo placer de tener una hija que me llena de alegría sin necesidad de ningún mandato exógeno? Pregunto para una amiga.

Empecé a encontrar el disfrute cuando me di cuenta que la sobreinformación es una gran enemiga y también cuando acepté que no siempre hay que estar feliz. También encontré el disfrute cuando aprendí que hay cosas que ya no me divierten y que las debo hacer igual, por ejemplo leer 20 veces un libro de Little Nena o cantarle una misma canción hasta que las cuerdas vocales decidan parar. Porque parte del disfrute en la maternidad es entender que muy poco es para una y que la mayoría es para Little Nena.

Entonces aprendí que disfrutar es relajarse y aprender de la propia experiencia. Disfrutar no tiene que ver con lo que una quiere sino con cuán predispuesta esté para hacerlo.

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